viernes, 26 de octubre de 2012

Wario Land (Super Mario Land 3)

Bienvenidos una vez más a Hipódromo Zanahoria. Hoy comento el primer juego que jugué de forma absoluta. Todavía recuerdo el disgusto que me llevé el día que perdí la caja original (o que mi madre la tirase a la basura, vamos), pero a continuación os cuento las razones por las que debéis viciaros con este juego de forma que vuestras notas bajen estrepitosamente.

Wario Land es la tercera parte de la saga Super Mario Land lanzada para Game Boy en el año 1993 (el glorioso ladrillo, que todavía conservo como una reliquia). Sin creernos la gran mentira de que a mejores gráficos, mejor juego, la consola portátil de 8 bits adoptó un plataformas con un montón de acción y tesoros ocultos digno de jugar. ¡Empezamos!



Después de que Mario haya reunido las 6 monedas de oro y patease el culo de Wario, despojándole de su castillo, éste último se vio obligado a huir de aquellas tierras en las que sembró el terror entre sus habitantes. Arruinado y sin amigos, viaja rumbo a una tierra en la que habita un genio capaz de conceder todo tipo de riquezas. Hay dos inconvenientes: uno es que el genio es tan codicioso y avaro como Wario, de modo que a lo largo del juego debemos encontrar tesoros para complacerle y el otro es que su poder pertenece a la princesa de aquellas misteriosas tierras, por lo cual Wario debe primero robarle su poder.

A diferencia de los plataformas de Mario, el objetivo de este juego no es otro que ayudar a Wario a conseguir el poder del genio y encargarle un nuevo castillo, solamente para putear a Mario. Se trata de un juego donde la pasta tiene mucho que ver. 


La dinámica del juego sigue siendo la misma que los plataformas de Mario, sólo que los niveles son más propensos a ser explorados. También coincide con su archienemigo en que es capaz de adquirir poderes para hacer la aventura más fácil y entretenida, e incluso hay momentos en que los necesitamos para alcanzar posibles secretos. 

El juego se desglosa en 7 mundos cada uno dividido en un número variable de niveles, que van aumentando en dificultad y grado de exploración según los vamos superando. Al final de cada mundo, tenemos un jefe final dispuesto a tocarnos los huevos en nombre de la princesa putilla. 


El poeta barroco Baltasar Gracián dijo en su día que "lo bueno, si breve, dos veces bueno". Por eso no quiero hacer más spoiler sobre el juego por el cual mis padres me condenaron a viciar sólo los fines de semana (al menos mientras vivía en casa, pero ahora vivo fuera xD). En serio, es un título que no os podéis perder. Por favor, hay cientos de emuladores y la rom la encontráis donde os salga del culo, porque yo no tengo nada en contra de esta grandeza. Hasta otra!!

 

domingo, 14 de octubre de 2012

Costume Quest: paseo por Halloween


Halloween, 31 de octubre, fecha señalada para muchos jóvenes. Niños disfrazados de personajes del mundo del terror, timbrando en las casas del barrio para pedir caramelos a sus vecinos bajo la consigna del ¡TRUCO O TRATO!

Ambientado en tal día se encuentra Costume Quest, un RPG de la mano de Double Fine, desarrolladora que dirige el gran Tim Schafer, al cual se le ocurrió la genial idea de mezclar un estilo de juego RPG, el cual está pensado para los jugadores más "hardcore", con un argumento nimio, superficial e infantil como las aventuras de niños disfrazados durante el día de Halloween. Costume Quest tuvo luz verde a finales del 2010.


¿Truco o trato?

Reynold su hermana Gwen salen el día de Halloween a pedir caramelos a sus vecinos, cuando llegaron a una casa en la que salió un goblin y secuestra a la chica. Reynold se marchó corriendo a pedir ayuda, pero en el camino, se cruzó con una bruja, la cual le lanzó un hechizo, derribándolo y despojándole de su disfraz de robot. Más tarde, ya recuperado, se encuentra con un goblin en un callejón, el cual tiene el disfraz que Everett había perdido; se las arregla para ponérselo y se da cuenta que el propio disfraz ha adquirido poderes mágicos: Everett se transforma en un robot gigante (estilo Transformers) y lucha contra el goblin en cuestión. A partir de este punto empieza una aventura en la que Everett, junto con sus amigos, tratará de rescatar a su hermana.

La amplia variedad de misiones, el nivel de exploración que ofrecen los mapas y un sistema de combate muy entretenido, entre otros aspectos, hacen de Costume Quest un título completamente digno de ser jugado.

Algo más que un rescate

Además de las misiones principales, habrá otras que nos ayudarán a prolongar las escasas horas que dura este título. Por ejemplo, ganar caramelos en el minijuego de coger manzanas con la boca o realizar recados de la gente que pulule por el escenario. Los caramelos son el equivalente a la experiencia adquirida en un RPG. 


¡Que nadie toque mi disfraz!

La mayor parte del tiempo vamos a estar dándonos de hostias, eso es algo que debemos tener muy claro. Ahora bien, hay que pensar en la forma de hacer más pupa recibiendo muy pocos palos. Los disfraces que nuestros protagonistas lleven puestos son llevados a la batalla; por ejemplo, si uno de los personajes lleva un disfraz de robot, presentará batalla transformado en robot. Cada disfraz tiene sus propias habilidades, y a "bote pronto" se distinguen tres tipos: ataque, defensa y apoyo. Hay que buscar la combinación ideal para que, en un combate por turnos, podamos triunfar sin problemas.


Antes del combate, es mejor planificar los disfraces que quieres que lleven los personajes, para que haya un equilibrio en las tres disciplinas. Se debe tener en cuenta que conforme avance el juego, más fuertes serán los enemigos y más duros serán. Es por eso que el sistema de combate no está hecho para jugadores "casuals".

Valoración

A pesar de que en este juego no aparecen caballos ni tampoco zanahorias, desde Hipódromo Zanahoria consideramos este juego como algo a lo que todo el mundo debería jugar, no sólo por su toque desenfadado ni porque un RPG es un juego muy llamativo para los jugadores del género, sino por su sencillez para llevar a cabo todas las misiones y también por sus gráficos cartoon. Está claro que es un juego que ha sido desarrollado con un presupuesto muy limitado pero, aun así, no es motivo para que Costume Quest no tenga un hueco en nuestra agenda gamer.  

Lo malo del juego es que las misiones se repiten en los tres escenarios que vamos explorando. Para pasar de un escenario a otro, tenemos que haber timbrado a todas las puerta para hacer el truco o trato, y ya en el tercer escenario resulta cansino, junto con las misiones secundarias que son también del mismo palo, entre ellas, por supuesto. 

No vamos a contaros más sobre el juego porque queremos que lo probéis vosotros. Una última recomendación: las zanahorias son bastante más saludables que los caramelos!